Este encuentro con ustedes nos lleva de viaje a distintos destinos y siempre con el objetivo de conocer, aprender, conocer la cultura y la raíz de los pueblos. En estos viajes nos encontramos con distintos ingredientes, como en la cocina, que enriquecen nuestra cultura.
Siempre te agradezco a vos, que me escribis para agradecer, comentar y sobre todo para sugerir temas que nos pueden convocar en esta reunión.
Ayer viajamos con las letras por google meet, paseamos por las tradiciones de los 1700, desde la ficción creada por la autora Cristina Bajo, inspirada por los signos que se encuentran en edificios y elementos que pueden encontrar en el histórico casco céntrico de la ciudad de Córdoba.
Hace unos días, una guía de Vicente López, compañera y amiga, me sugirió referirme al árbol de olivo, que le dio nombre al barrio de Olivos. Me gustó la idea, porque además yo viví en ese barrio 33 años de mi vida.
El árbol de olivo tiene una historia muy rica, básicamente porque lo leemos en la biblia por ejemplo, pero ya veremos que tenemos mucho para recorrer con este tema.
Comencemos desde su orígen.
Este árbol nace en Asia Menor, y se cultiva desde la antiguedad en toda la cuenca del Mediterráneo.
Arbol frutal de la familia de las oleáceas, del que se extrae el jugo de la oliva (aceite), que hoy tiene tanta demanda en todo el mundo.
Su cultivo no es difícil, aunque es frágil a temperaturas menores a 10 °, sequias, o heladas.
El tronco es tortuoso, grueso y ramificado. La madera es dura. El fruto del olivo es la aceituna.
La semilla alcanza la madurez justo antes de que el fruto cambie de color en el estadio " maduración verde ". El crecimiento del fruto se detiene cuando comienza a cambiar de color. después del estadio de maduración verde hay un decrecimiento del contenido de clorofila y un incremento de la acumulación de antocianos responsables del color negro del fruto . Su color puede tomar diferentes tonalidades, que oscilan de verde a rojo, pero cuando madura se vuelve negra.
El fruto se divide en endocarpio (hueso), mesocarpio (pulpa) y exocarpo (piel). El endocarpio está formado por una sola semilla dura y ovoide. El almacenamiento del aceite se realiza en las células parenquimatosas del mesocarpio.
En la antigua Grecia, el olivo era considerado sagrado, el aceite era utilizado para ungir reyes y atletas.
Según la mitología, el olivo fue un regalo que hizo la Diosa Atenea al pueblo del Ática.
En Egipto, sus ramas son símbolo de purificación, y se pueden encontrar en la tumba de Tutankhamon.
También la literatura tiene expresiones sobre este árbol y su fruto. En la Odisea por ejemplo, Ulises se arrastra por debajo de los brotes de olivo.
Y por supuesto lo encontramos en la Biblia, donde se menciona más de 30 veces.
Como sucede con otras plantas, comidas, etc., sus viajes tienen que ver, en la historia, con invasiones, colonizaciones, migraciones, etc.
En cuanto a nuestro continente, y más específicamente nuestro país, existe una leyenda referida a los primeros movimientos del olivo.
"Este mito cuenta que siendo Virrey del Perú, Pedro Fernández de Castro, conde de Lemos, (1667-1672, duración de su virreinato) el cual ordenó la tala de todos los olivares que estaban plantados en los terrenos de su jurisdicción como consecuencia de otra orden, esta real, que se interesaba en el comercio con España y cuya economía precisaba una reordenación y racionalización de las distintas producciones agrícolas para evitar la contaminación y mantener los precios.
Las fuerzas a su cargo fueron las encargadas de que la orden real y virreinal se llevara a cabo y todos los olivos fueron talados o arreglados ... bueno, todos no, y aquí entra la leyenda con tintes entre bíblicos y mitológicos; en la villa de Aimogasta, departamento de Arauco, en la actual provincia de La Rioja, una anciana, por razones que desconocemos, cubrió con su manto un esqueje de olivo, por lo que pasó desapercibido a la vista de los probos públicos. Con el tiempo la pequeña planta se detectará en árbol y de él salieron todos los que hoy se conocen en esa región y que, tal vez siguiendo las leyes de Mendelson por los continuos cruces, origino una nueva variedad que recibió el nombre de Arauco, nombre original que viene del lugar de origen ".
En Aimogasta se encuentra el Olivo más antiguo en Argentina con algo mas de 400 años
Un dato de color, la flor del Olivo es blanca y muy bella,y su nombre es "rapa".
Cuando el olivo florece se encuentra repleto de racimos blancos
Unas semanas después del comienzo de la floración bajo los olivos hay un manto blanco de flores, esto es porque un porcentaje muy alto de las flores se caen antes de ser polinizadas. Sólo un dos por ciento de las flores termina fecundada.
Cuando el olivo florece se encuentra repleto de racimos blancos
Unas semanas después del comienzo de la floración bajo los olivos hay un manto blanco de flores, esto es porque un porcentaje muy alto de las flores se caen antes de ser polinizadas. Sólo un dos por ciento de las flores termina fecundada.
¿Porque toma este nombre el barrio?, es una tradición oral la idea de que fue Domingo de Acassuso quien plantó un monte de olivos en la costa norte, se la conocía como la "punta costera".
Para ubicarlos hoy, este monte se encuentra en las inmediaciones de la calle Paraná y la costa. En la actualidad, elegimos siempre ese lugar para tener una de las mejores vistas de la ciudad de Buenos Aires, a través del río.
A principios de 1807, la Junta de Guerra de Buenos Aires, solicitó que se constituya una batería en la "Punta de los Olivos, para evitar el desembarco enemigo". ,
En 1863, al llegar el ferrocarril a la zona, se le dio el nombre de Olivos a la estación y se realizó el primer loteo. En primer término surgió el nombre Pueblo Mitre de los Olivos, en mérito al presidente, y finalmente se decidió llamarlo simplemente "Olivos ".
Aqui nace la historia del barrio, que hoy ya no cuenta con el monte en la costa, sí, se lo homenajea con un pequeño olivo en la plaza Vicente López, que bastante castigado por cierto, y hasta hubo que cercarlo.
Salteando un poco la historia del barrio, que si les interesa, en otro INFO podemos explayarnos, este fue siempre uno de los barrios residenciales de la zona norte, en el siglo XIX, todavía formaba parte del municipio de San Isidro, desde 1905 se creo el municipio de Olivos, que lleva siempre la carga de una disputa de poder, y de intereses, los impuestos de un lado y otro que aparentemente hicieron que se corriera a último momento, el límite entre municipios, y finalmente también el nombre de Vicente López .
Hasta aca, el relato de una planta que ha viajado a través de continentes, da frutos con excelentes propiedades, le da nombre a una zona de la ciudad y nos da material para compartir historias interesantes.
Como cualquier otro barrio entiendo, se vieron pasar por sus calles personajes de la historia, y más cerca en el tiempo de las letras, el arte, el espectáculo.
Tuve la oportunidad de ingresar unas cuantas veces a la quinta, cuando era pequeña usaba ortodoncia, y el consultorio se encontraba dentro de ese predio, por lo que asistí cada 10 días a control, eran tiempos, además, que no existían muros, sino un cerco con plantas.
MUCHAS GRACIAS POR ESTAR, Y POR PARTICIPAR
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Te agrego la recetas del pan de ajo, cuya foto esta más arriba (bien italiano)
Pan de ajo
30 min·Rinde: 6
El complemento ideal para tus comidas italianas con un ingrediente representativo de la comida ...
Ingredientes
- 1 barra de pan
- 3 cucharadas de manteca
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 3 ajos
- 1 pizca de ajo molido
- 1 pizca de pimienta negra
- 20 gramos de queso parmesano rallado
- 2 cucharadas de sal de grano
- 1/4 manojo de perejil fresco
- 1/4 manojo de albahaca
- Pica finamente los ajos, el perejil y la albahaca. Reserva. Corta la barra de pan en rebanadas no mayores a dos dedos de grosor.
- En un tazón agrega la mantequilla, el aceite de oliva, la sal y pimienta. Mezcla hasta incorporar todo, agrega el queso y el ajo molido.
- Cuando tengas una pasta cremosa agrega el ajo, perejil y albahaca. Unta la pasta por ambos lados de cada rebanada de pan y ponlas a hornear por 10 minutos a 180° o hasta que estén crujientes.
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